¿Cómo afecta el aislamiento social en la salud mental?

La salud mental afecta a la forma de pensar y sentir. También tiene una gran repercusión en la forma de manejar el estrés, relacionarse con los demás y hacer frente a situaciones difíciles. Las personas con un fuerte sentido de la salud mental están mejor preparadas para afrontar los retos diarios y prosperar en la vida. Las personas con altos niveles de salud mental tienen más probabilidades de tener relaciones satisfactorias, perseguir intereses personales y alcanzar sus objetivos.

Un trabajo estresante, el fin de una relación u otro cambio en la vida pueden provocar sentimientos negativos como la tristeza o la desesperanza. Estos sentimientos son normales y suelen pasar en unas semanas o meses. Cuando persisten e interfieren con nuestra capacidad de funcionar normalmente -quizás dificultando la concentración o el ir al trabajo cada día- lo llamamos "depresión". Lo mismo ocurre con muchas otras formas de enfermedad mental: Todas son respuestas normales a circunstancias difíciles que la mayoría de la gente experimenta en algún momento de su vida.

Aislamiento y salud mental

La investigación ha documentado una clara conexión entre el aislamiento y la salud mental. La soledad y el aislamiento social están estrechamente relacionados con la depresión y otras enfermedades mentales. De hecho, se ha demostrado que estos factores tienen un mayor efecto sobre la salud mental que otros factores, como los ingresos altos o la educación, que solemos considerar más importantes.

La soledad y el aislamiento social se asocian a un mayor riesgo de muerte por varias razones. En primer lugar, las personas que tienen pocos vínculos sociales tienen más dificultades para cuidar de sí mismas, por lo que es más probable que tengan problemas de salud y mueran prematuramente. En segundo lugar, las personas que se sienten solas son más propensas a experimentar altos niveles de estrés, lo que puede provocar un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

La relación entre la soledad y la depresión es especialmente fuerte. Las personas que están socialmente aisladas y experimentan emociones negativas, como la soledad y la sensación de no pertenencia, pueden recurrir a estrategias de afrontamiento poco saludables, como el consumo de alcohol o drogas. Esto puede conducir a la depresión.

Enfermedad mental y aislamiento social

Las enfermedades mentales son un problema de salud importante y creciente en Estados Unidos y en todo el mundo. Según una encuesta realizada en 2007, el 36% de los estadounidenses sufrirá una enfermedad mental en algún momento de su vida.
Hay muchos tipos diferentes de enfermedades mentales. Algunas pueden tratarse con terapia y/o medicación, mientras que otras requieren un tratamiento continuo. Las enfermedades mentales continuadas y no tratadas pueden tener graves consecuencias, incluso la muerte. Las personas con enfermedades mentales no tratadas son más propensas a adoptar comportamientos autodestructivos, como el abuso de sustancias o las autolesiones.

Muchas enfermedades mentales también aumentan la probabilidad de aislamiento social. Por ejemplo, las personas con trastornos alimentarios suelen aislarse porque sienten asco por su cuerpo, y las personas con esquizofrenia pueden no ser capaces de desenvolverse en situaciones sociales. Este aislamiento social puede, a su vez, dificultar el acceso de estas personas al tratamiento de su enfermedad mental.

¿Cómo contribuye el aislamiento social a la enfermedad mental?

Los vínculos sociales afectan a nuestra salud mental de muchas maneras. Una red social fuerte puede proporcionar apoyo emocional y físico en momentos difíciles. También puede proporcionar un sentido de identidad y pertenencia, que es importante para sentirse bien con uno mismo y tener confianza en la propia persona. Cuando tenemos vínculos sociales fuertes, es más probable que tengamos una perspectiva positiva sobre el futuro y que sintamos que la vida merece la pena.

Se sabe que el aislamiento social aumenta el estrés, lo que puede conducir a niveles más altos de la hormona cortisol y dificultar la gestión de los retos de la vida. Cuando estamos aislados socialmente, también es menos probable que recibamos apoyo social positivo. Esto puede dificultar la superación de acontecimientos vitales estresantes, como la pérdida de un empleo o un divorcio, y la recuperación de experiencias difíciles, como una lesión o una muerte en la familia.

El aislamiento social puede aumentar el riesgo de padecer una enfermedad mental y dificultar la recuperación una vez que se experimentan los síntomas. Es importante señalar que no todas las personas que experimentan soledad o aislamiento social desarrollarán una enfermedad mental. También es importante recordar que las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo, raza o situación económica. Las personas que experimentan una enfermedad mental no están solas, y hay muchas formas de apoyarlas y ayudarlas.

Para las personas que están socialmente aisladas, el primer paso para mejorar la salud mental es aumentar las conexiones sociales. Esto puede hacerse mediante pequeños pasos como unirse a un club de lectura o conectarse con amigos en línea. Aunque puede parecer desalentador salir del aislamiento, estos pasos pueden tener un impacto significativo en la salud mental.

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