¿Cómo perder el miedo y la vergüenza?
El miedo al fracaso y el miedo al éxito son los dos miedos que obstaculizan el proceso de innovación, todos tememos en cierta medida el fracaso.
Es perfectamente natural querer evitar caer de bruces en público o que se burlen de nuestras ideas, pero este miedo nos frena a muchos a la hora de intentar algo nuevo o de esforzarnos por ser mejores.
De hecho, las investigaciones demuestran que la prevalencia de la cultura del fracaso puede ser una importante medida de la innovación en cualquier organización.
¿Por qué tenemos miedo al fracaso?
Si queremos perder el miedo y la vergüenza, primero tenemos que entender cómo se producen, las dos razones principales por las que tenemos miedo a fracasar son la vergüenza externa y la vergüenza interiorizada.
- La vergüenza externa es cuando sentimos vergüenza debido a un factor externo.
Puede ser algo como que un profesor o un padre nos avergüence por cometer un error, o puede ser una cultura que avergüence a la gente por no estar a la altura de una determinada norma.
Si, por ejemplo, vivimos en una sociedad que juzga a las mujeres por ser demasiado ambiciosas, o en una sociedad que avergüenza a la gente por no tener un fondo de jubilación lo suficientemente grande, es probable que experimentemos este tipo de vergüenza.
Esta vergüenza puede hacernos menos creativos porque tenemos miedo de fracasar en público, también puede hacernos menos curiosos porque tenemos miedo de no saber lo suficiente.
- La vergüenza internalizada es cuando sentimos vergüenza debido a nuestra propia comparación con un yo ideal. Sentimos vergüenza porque no cumplimos nuestras propias expectativas.
Por ejemplo, puedes sentir vergüenza porque no has conseguido un ascenso o porque tu último invento ha fracasado.
Esta vergüenza puede hacer que tengamos miedo de que nos vean como no lo suficientemente buenos y, por lo tanto, nos impida probar cosas nuevas.
- El efecto paralizante de la vergüenza, la vergüenza es una emoción furtiva porque a menudo se disfraza de humildad, a menudo se confunde con la idea de que no debes estar orgulloso de tus logros.
Y aunque es importante ser consciente de tus privilegios y del hecho de que no te has creado a ti mismo, también es importante estar orgulloso de ti mismo.
Detrás de la falsa humildad se esconde en realidad la vergüenza. La vergüenza es un sentimiento de no ser lo suficientemente bueno, de no ser digno de alabanza, de ser defectuoso y, por lo tanto, de no ser amado.
La vergüenza dice cosas como, no tengo derecho a estar orgulloso de mí mismo, no merezco los elogios que recibo y no soy digno de conseguir el trabajo/relación/promoción que quiero.
Cuando te encuentras en este estado de vergüenza, no te ves realmente como el complejo y bello ser humano que eres,m en cambio, te sientes como una persona defectuosa y rota que no merece el éxito.
Cómo combatir el miedo y la vergüenza
- Comprende la diferencia entre el miedo y la emoción, cuando sientes la adrenalina del miedo, es fácil confundirlo con la emoción.
Pero la excitación es una emoción positiva y constructiva, el miedo, en cambio, es una emoción destructiva que hace que quieras salir corriendo.
No reacciones al miedo, cuando sientas miedo, tómate un momento para respirar dentro de la sensación. ¿Dónde lo sientes en tu cuerpo? ¿Qué pensamiento hay detrás de él? ¿Hay algo que puedas aprender de él?
No te avergüences por sentir miedo, nuestra cultura es especialmente dura con las mujeres que expresan miedo, no te avergüences por sentir miedo, en su lugar, utilízalo como una señal de que hay algo a lo que debes prestar atención.
- Practica la gratitud y la autocompasión, una forma de combatir la vergüenza es practicar la gratitud y la autocompasión.
Cuando te sientas avergonzado, tómate un momento para pensar en las cosas que agradeces o en las que has conseguido. Como dijo el poeta Rilke "Debes vivir en el final de tus días".
- Recuerda las razones por las que iniciaste tu viaje - La mejor manera de superar el miedo es recordar las razones por las que iniciaste tu viaje.
Cuando te pusiste en marcha por primera vez, probablemente estabas lleno de ilusión y entusiasmo. Tenías una visión de futuro y el impulso de hacerla realidad.
- Recuerda que eres humano, lo más importante que debes recordar cuando sientas miedo o vergüenza es que eres humano. Todos experimentamos estas emociones de vez en cuando.
Eso no nos convierte en malas personas; sólo significa que somos humanos.
- Superar el miedo al fracaso con responsabilidad, la primera forma de superar el miedo al fracaso es asumir la responsabilidad.
La raíz de la palabra "responsabilidad" es "capacidad de respuesta", lo que significa que tienes el poder de elegir tu respuesta en cualquier situación.
Puedes responder al fracaso con vergüenza y frustración, o puedes responder con curiosidad y creatividad, aunque el fracaso es inevitable, tienes el poder de elegir cómo responder a él, cuanto más te responsabilices de tus fracasos, menos te frenarán.
- Superar el miedo al éxito con humildad, la segunda forma de superar el miedo al éxito es practicar la humildad.
Esto no significa que tengas que ser una mala persona, o que tengas que rehuir de tus logros, sólo significa que prestes atención a lo que hacen los demás e intentes aprender de ellos.
Cuanto más humilde seas y prestes atención a los demás, menos miedo al éxito experimentarás, en cambio, te sentirás seguro sabiendo que estás haciendo lo mejor que puedes, y que hay muchos otros a tu alrededor que también están haciendo lo mejor que pueden.
La innovación consiste en asumir riesgos y cometer errores, cuanto más seamos capaces de perder el miedo y la vergüenza, más podremos innovar.
Si quieres convertirte en una persona más innovadora, es importante que entiendas las diferentes formas en que nos sentimos temerosos y avergonzados, también es importante saber cómo combatir estos sentimientos y dar cabida a la creatividad.
Nieves Sanz es una abogada y escritora que escribe en español desde 2006. Actualmente vive en Valladolid, España, donde trabaja como abogada y editora. Su carrera literaria comenzó con la publicación de su primer poemario titulado «Tiempo» por Litoral Ediciones en 2013.
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