¿Por qué una persona es muy callada?
Todos tenemos ese amigo que nunca tiene nada que decir. Tal vez sea tímido o simplemente no sea una persona muy habladora. Sea como sea, estar callado puede ser un reto para cualquiera. Sin embargo, no todos podemos ser mariposas sociales extrovertidas en todo momento. Hay momentos en los que estar callado es completamente normal e incluso recomendable. De hecho, existen numerosos beneficios de estar callado en determinadas situaciones.
Si sientes que a menudo se te traba la lengua cuando estás con gente nueva o te cuesta encontrar cosas interesantes que decir en las conversaciones de grupo, sigue leyendo para conocer algunos consejos útiles sobre cómo estar en silencio más a menudo.
¿Por qué es tan difícil estar callado?
A todos nos ha pasado. Estás en una fiesta o evento social, pero parece que no puedes decir nada. El anfitrión o la anfitriona sigue dirigiendo la conversación en una dirección que no te interesa, y no tienes nada que aportar. Te sientes socialmente incómodo, como si fueras a parecer grosero porque no compartes tu opinión sobre el último escándalo político. No quieres ofender a nadie, así que te quedas al margen mientras los demás se divierten.
Hay algunas razones por las que puede ser especialmente difícil para ti quedarte callado. En primer lugar, puede que te preocupe destacar si no dices mucho. Algunas personas sienten que tienen que decir algo para pasar desapercibidas.
Cuando el silencio es bueno
Hay muchas ocasiones en las que el silencio es lo mejor. Puede que estés en un evento en el que no conoces a nadie. En este caso, lo mejor es limitarse a observar y escuchar lo que dicen los demás. Toma nota de lo que te interesa y busca una oportunidad para sacar un tema relacionado más adelante. También es una buena idea permanecer en silencio cuando escuches a alguien a solas. Esto es especialmente importante en entornos profesionales.
Es fácil interrumpir y aportar tus propios pensamientos e ideas, pero debes resistir la tentación de hacerlo en la medida de lo posible.
La mayoría de las personas aprecian que alguien les escuche activamente y preste atención a lo que dicen. Al escuchar activamente a los demás, puedes aprender mucho y fortalecer tus relaciones.
No te limites a escuchar: ¡haz preguntas!
Hacer preguntas es una de las mejores maneras de mantener una conversación cuando estás en un grupo. Preguntar ayuda a mantener la conversación centrada en la otra persona y demuestra que estás escuchando activamente. Es fácil dejarse llevar por los propios pensamientos y olvidarse de hacer preguntas.
También se necesita disciplina para resistir el impulso de volver a intervenir y compartir tus propias opiniones. Para ayudarte a recordarlo, puedes utilizar una aplicación como HabitBull, que te envía recordatorios. También puedes intentar ponerte en el lugar de la otra persona. Pregúntate qué te gustaría saber si estuvieras en su lugar. Al mismo tiempo animarás a los demás a seguir hablando y a establecer relaciones más sólidas con ellos.
No tienes que ser el centro de atención
Es fácil ponerse nervioso y querer saltar al ruedo. Sin embargo, es importante que te tomes tu tiempo y conozcas a las personas de la sala. Deja que el anfitrión o la anfitriona sean los que más hablen al principio. Más adelante, podrás hablar más de ti mismo. No quieras dar la impresión de ser demasiado ansioso. Ten en cuenta tu lenguaje corporal. Mantén el contacto visual, sonríe y siéntate recto. Estas cosas te ayudarán a proyectarte mejor y a causar una buena impresión.
Es bueno tomarse un descanso de vez en cuando
Todo lo bueno tiene que acabar, incluida la atención que estás recibiendo actualmente. Después de haber sido el centro de atención en un evento, retírate a los márgenes. Quizá quieras excusarte para ir al baño o beber agua. Tomar un descanso no sólo te da un respiro, sino que también ayuda a los demás a conocerse mejor.
Cuando te reincorpores a la conversación, puedes preguntar a los demás cómo se conocen y qué piensan del evento hasta ahora. Hablar con otras personas es una habilidad que siempre se puede mejorar. Asegúrate de hacer descansos de vez en cuando, sobre todo si estás siempre con la misma gente.
El silencio es oro cuando se conoce a gente nueva
Hay veces que estás en un evento y no conoces a nadie. Esto puede ser aterrador, pero no tiene por qué serlo. Puedes afrontar la situación de varias maneras. Puedes intentar situarte cerca de un grupo que parezca que se lo está pasando bien. Sin embargo, este enfoque puede resultar incómodo, sobre todo si no sabes qué decir.
También puedes intentar encontrar al anfitrión o anfitriona y presentarte. O simplemente puedes elegir un asiento donde puedas observar lo que ocurre a tu alrededor. Mientras observas a los demás, puedes anotar las cosas que ves que te interesan. También puedes identificar posibles temas de conversación.
Estar callado no tiene por qué ser algo malo. De hecho, puede ser beneficioso en muchas situaciones. Si crees que a menudo no tienes nada interesante que decir, intenta ser más consciente y deliberado con tus palabras. Puede que descubras que tienes más que decir de lo que crees.
Si sigues teniendo problemas para quedarte callado, quizá quieras preguntarte por qué sientes la necesidad de hablar tan a menudo. ¿Es porque quieres mantener la atención sobre ti? Si es así, puedes intentar cambiar tu energía y centrarte en escuchar más y hablar menos.
Cuando se trata de socializar, hay beneficios tanto en ser el alma de la fiesta como en estar callado. Si comprendes tu tipo de personalidad, sabes cuándo debes callar y si practicas, podrás superar tu timidez y ser más sociable, independientemente de tu tipo de personalidad.
Nieves Sanz es una abogada y escritora que escribe en español desde 2006. Actualmente vive en Valladolid, España, donde trabaja como abogada y editora. Su carrera literaria comenzó con la publicación de su primer poemario titulado «Tiempo» por Litoral Ediciones en 2013.
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